Se llaman Juan Carlos y Elsita. El pasado martes dieron el sí después de 14 años de amor y este sábado a la noche celebran la unión con una fiesta.
El reloj dio las 10 cuando Juan Carlos y Elsa, una pareja de 83 años de no videntes, ingresó al registro civil de Independencia al 2800. Acompañados por familiares y amigos, y con las nietas menores de ella como testigos, decidieron sellar su unión de más de 14 años de la manera en la que están acostumbrados: con amor.
Corría el año 2003 y el país, después de un período de inestabilidad política, volvía a recuperar su curso. En Mar del Plata, Elsita, como le dicen sus seres queridos, ingresaba por primera vez a la Escuela Especial N° 504 para ciegos y disminuidos visuales, ubicada por ese entonces en la calle Bolívar, entre España y Jujuy. Allí, un compañero de aula cautivaría su atención: Juan Carlos, un podólogo marplatense que hacía dos meses, debido a una vista ya muy perjudicada, había decidido ingresar al instituto.
Sin embargo, fue poco el tiempo que transcurrió para que ambos descubrieran que siempre estuvieron más cerca de lo habitual. En una charla de café mantenida por esos días, notaron que una de las clientas más habitúes del consultorio de Juan Carlos era, nada más y nada menos, que la madre de Elsita.
“Ella le había contado todo de mí. Cuando nos enteramos no lo podíamos creer”, señaló, en diálogo con LA CAPITAL.
Así fue que, de a poco, comenzaron a afianzar la relación, compartiendo salidas y más de 13 viajes juntos. “Nosotros salimos mucho. Empezamos yendo a teatros, cenas, espectáculos; nunca nos aburrimos”, aseguró ella, garantizando que ahí radica el “secreto” del amor, en el “compañerismo”.
En 2017, entusiasmado tras un viaje a España para participar del casamiento de su hija Laura y alentado por su hijo, Juan Carlos decidió que era momento de dar un nuevo paso y, una vez en Argentina, hizo la propuesta formal. “Le dijimos a nuestros hijos que nos casábamos. No lo podían creer, ¡estamos locos, con 83 años nos queríamos casar!”, bromea entre risas.
Pese a la sorpresa, los hijos de ambos (Juan Blas y Laura, por parte de él; y Oscar y Raúl, por parte de ella) celebraron la noticia y no dudaron en estar presentes en un momento tan especial. De hecho, gran parte del clan viajó desde España para estar presentes en el gran evento.
La mujer de 83 años asegura que las complicaciones de salud de ambos (ella sufre glaucoma hace 16 años, lo que le provocó una ceguera total y él sordera y maculopatía, lo que implicó una disminución visual menor) nunca fue un impedimento para vivir sus vidas con normalidad. “Nunca nos preguntamos ‘por qué a mí’, siempre tuvimos en cuenta de que en la vida hay cosas peores y lo vivimos así”, aseguró.
En este sentido, Elsa subrayó uno de sus lemas de vida: “El amor lo puede todo, y estamos muy felices de poder compartir la vida juntos y con quienes queremos”.
Ante una sala repleta, este martes Juan Carlos y Elsa dijeron “sí, quiero”. Sumidos en una emoción pocas veces experimentada, el matrimonio salió con libreta en mano del registro civil. Entre arroces y abrazos, ambos ratificaron que la decisión había sido la correcta. “Fue un momento hermoso, el sello perfecto para nuestra historia”, aseguró.
Tras dos días de “mini luna de miel” en un reconocido spa de la ciudad, regalo exclusivo de los hijos de Elsa, el flamante matrimonio y familia -ahora numerosa- celebraran este sábado la unión con una gran fiesta. “Tenemos todo preparado para pasar una noche inolvidable. Estoy muy ansiosa”, concluyó la novia.